Conclusiones de la asamblea

Publicado en por Edvin Geovanny Pérez

PASTORAL JUVENIL

DIOCESIS DE SOLOLÁ-CHIMALTENANGO

 

I ASAMBLEA DE PASTORAL JUVENIL

 

         Del 31 de Enero al 1 de Febrero de 2009, celebramos en el centro pastoral “San José” casa de cursillos, Panajachel, la primera asamblea de pastoral juvenil, donde tuvimos la participación de 82 jóvenes, de 25 parroquias, todos representantes de sus grupos juveniles, también contamos con la participación de representantes de los movimientos: Caminantes, Emproistas, Jumi, Renovación Carismática y Acción Católica.

         La asamblea tenía como finalidad: ofrecer un espacio de intercambio, reflexión, animación y coordinación de los jóvenes de la pastoral juvenil diocesana, y definir líneas de acción comunes y fortalecer la pastoral juvenil orgánica, constructora de la civilización del amor.

         Nuestro objetivo general era celebrar una experiencia de Jesucristo vivo, dinamizando el discipulado misionero en la pastoral juvenil de Sololá-Chimaltenango, para revitalizar la construcción de la civilización del amor.

         Y como objetivos específicos:

Analizar la realidad de nuestra Diócesis y su impacto en los jóvenes, para descubrir la incidencia de  la pastoral juvenil como constructora de la civilización del Amor.

         Identificar actitudes y opciones fundamentales del discipulado y su misión en el ámbito de la pastoral juvenil.

         Responder a los desafíos que la actual realidad nos plantea, a partir de nuestra práctica pastoral iluminada y discernida a la luz de la experiencia del discipulado y misión y de encuentro con la Palabra de Dios, direccionando el caminar pastoral con los jóvenes de nuestra diócesis.

         Vivir la I asamblea como una experiencia celebrativa de Jesucristo vivo y liberador que nos invita a asumir las actitudes del buen samaritano.

         Y organizar la comisión diocesana de Pastoral Juvenil.

 

 

 

 

 

CONCLUSIONES

 

1.    En la asamblea se logró un intercambio de experiencias entre los diferentes representantes de los grupos juveniles y movimientos de nuestra Diócesis. Donde descubrimos que los grupos juveniles necesitan más comunión, porque todavía existe individualismo.

2.    Así mismo se logró una reflexión acerca de la realidad que viven nuestros jóvenes, y nos dimos cuenta que aunque nuestros grupos cuentan con diversas actividades que promueven la piedad y la espiritualidad de los jóvenes como vida de oración, vida sacramentaria,  actividades marianas, devociones de la piedad popular y apostolados. También nos dimos cuenta que hay mucha impuntualidad, falta de liderazgo, tibieza espiritual, irresponsabilidad, pereza, desorden, negativismo, egoísmo, e improvisación.

3.    Con respecto a la animación y coordinación, descubrimos que falta mucho por hacer, partiendo que los grupos juveniles no tienen material adecuado a la formación espiritual de los jóvenes.

4.    No hemos logrado definir las líneas de acción comunes, porque no contamos con un plan pastoral diocesano.

5.    Tener un encuentro personal con Jesucristo Vivo, es algo que necesitamos para convertirnos, pero siendo realistas no lo vamos a  conseguir en dos días, es una tarea de todos los días, y aquí entra el papel de los grupos juveniles, en los grupos juveniles el joven debe encontrar acompañamiento espiritual que lo vaya convirtiendo poco a poco, de forma gradual, partiendo de que en la vida tenemos defectos dominantes y esos tenemos que ir cambiando.

6.    Los grupos juveniles deben promover el discipulado misionero, ya que todos los bautizados estamos llamados a anunciar a Jesucristo, pero considero que hay mucho conformismo, y eso tenemos que quitarlo, tenemos que hacer que nuestros grupos crezcan en cantidad y también en calidad, y eso también es un proceso, que comenzará cuando el joven se convenza que el mejor regalo que le puede hacer a un amigo es acercarlo a Jesucristo, quien va a transformar su vida, y le va a dar la felicidad que el mundo no puede darle.

7.    Construir la civilización del amor, es tarea no solo de la pastoral juvenil, sino de todas las pastorales, como pastoral juvenil estamos llamados a hacer conciencia en el joven que el mal se combate con el bien, que todo el mal que vemos en la sociedad llamada por el Papa Juan Pablo II, como cultura de la muerte, no es lo querido por Dios, y va a cambiar cuando cada uno de nosotros comencemos  a cambiar buscando solamente el bien.

8.    Descubrimos que en nuestra Diócesis existen más de 200,000 jóvenes, de los cuales muy pocos participan en los grupos juveniles, por lo tanto el campo de misión es abundante.

9.    Para que el trabajo de la pastoral juvenil sea más fructífero, llegamos a ver que  es necesario trabajar en equipo, elaborar un plan pastoral diocesano, que se organicen visitas a jóvenes que no participan en los grupos juveniles, formación de líderes, retiros, talleres, asambleas.

10.                       Con la creación de la comisión diocesana de la pastoral juvenil hemos puesto la primera piedra en la edificación de una pastoral juvenil diocesana que acompañe a los grupos juveniles de nuestras parroquias, y los ayude a construir verdaderamente la civilización del amor.

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